Hoy en día, la innovación se ha transformado en un concepto fundamental y estratégico para las organizaciones. Mucha gente se refiere a “innovación”, pero sin entender claramente su significado e impacto en las empresas.
Innovación no es sinónimo de creatividad, imaginación, I+D, invento, ni muchos otros conceptos de uso común.
La definición de Innovación con la que trabajamos es:
Innovación es un proceso que crea valor percibido por los clientes, consumidores o usuarios, de un modo novedoso en procesos, productos o servicios, apoyados en el modelo de negocios, la tecnología y el diseño , utilizando los mejores recursos de cada uno de los integrantes de los equipos de trabajo.
Esta definición tiene innumerables implicancias.
En primer lugar, al declarar que la innovación es un proceso, establecemos que la innovación se puede aprender y, por lo tanto, no es sólo un ámbito exclusivo de los “creativos”. Esta es una de las principales características que posibilita la innovación en todas las organizaciones que se lo propongan.
En segundo lugar, al tener un proceso definido, el seguimiento de las diferentes etapas, fases y actividades, le otorga una visión estructurada que posibilita la obtención de proyectos exitosos. No obstante, no todos los proyectos finalizan en innovaciones exitosas.
En tercer lugar, la innovación es validada por los clientes, usuarios o consumidores. Dicho de otra forma, es el mercado quien valida el resultado de la innovación. “Si el producto o servicio innovador no se vende, entonces no es una innovación”. Así de directo. Esto tiene una nueva derivación. Y es que la innovación, siendo un proceso eminentemente creativo, debe terminar en un negocio sustentable. Si no, no se hace perdurable en el tiempo. “Si no hay negocio, es sólo un ejercicio”.
En cuarto lugar, innovación no es sólo diseño. No es sólo tecnología. No es sólo modelo de negocios. Sin embargo, estas son las tres dimensiones que podemos articular para generar innovaciones disruptivas (aquellas que cambian las reglas del negocio).
Finalmente, la innovación emerge en condiciones organizacionales que posibilitan su florecimiento. Se requiere contar con personas que trabajen en equipos, idealmente multidisciplinarios, para que toda las potencialidades personales se pongan a disposición del proceso innovador. “La innovación es de adentro hacia afuera”. Eso tiene relevantes significaciones para quienes quieran integrar equipos innovadores. Se debe comenzar por la innovación personal, para poder romper los antiguos paradigmas, desprendiendo lo que nos hizo exitosos en el pasado, para abrir paso a las nuevas concepciones que posibilitarán el éxito en el futuro. Es así, como el establecimiento de una cultura innovadora al interior de las organizaciones es una consecuencia de la institucionalización del proceso innovador.